Israel contra la ONU, una historia muy larga

Por más impotente que parezca, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es un blanco recurrente de Benjamín Netanyahu porque representa el derecho internacional. Sus agencias, así como sus cascos azules en Líbano, son atacados verbal y físicamente. Hasta el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que ha mantenido una postura bastante tibia frente a las masacres en la Franja de Gaza, fue reprendido por recordar el papel de la ONU en la creación de Israel. Sin embargo, estos ataques sistemáticos contra la ONU no son para nada recientes.
Actualización: el 28 de octubre de 2024, la Knesset aprobó dos leyes que prohíben las actividades de la UNRWA en Jerusalén Este e impiden a las autoridades israelíes cooperar con la organización o sus representantes, lo que dificultaría aún más su labor en Gaza y Cisjordania.

The image depicts a person wearing a blue vest labeled "UN," standing in front of a damaged building. The structure shows signs of destruction, with broken windows and debris scattered around the ground. There are individuals visible in the background, and the overall scene conveys a somber atmosphere, likely in a conflict or disaster-stricken area.
Gaza, entre el 7 de octubre de 2023 y el 7 de octubre de 2024. Un trabajador de la ONU delante de un edificio en ruinas.
DR / UNRWA

Desde el inicio de su ofensiva en Gaza, el 8 de octubre de 2023, el Estado de Israel lanzó una campaña de desprestigio contra la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Israel acusa a la ONU de ser una entidad que se ha degenerado y que le impide alcanzar sus objetivos porque protege indebidamente a sus enemigos, como Hamás en Gaza y Hezbolá en Líbano, dos entidades « terroristas » a las que pretende « erradicar por completo ». El 27 de septiembre de 2024, desde el podio de la Asamblea General de la ONU, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó a la organización como « una cloaca de bilis antisemita que hay que desecar ». Si no obedecía a sus demandas, advirtió, la ONU sería considerada « una farsa despreciable ». Tres cuartas partes de los presentes abandonaron la sala.

Eso no perturbó en nada a Netanyahu. Su ofensiva no dejó de expandirse contra todas las organizaciones de la ONU en el terreno, tanto militares (los cascos azules) como civiles (la UNRWA, la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo). Israel tilda de « antisemita » cualquier crítica a sus acciones en Gaza, que según las organizaciones humanitarias representan los peores crímenes que se hayan cometido en lo que va del siglo. El 8 de octubre de 2024, mientras el primer ministro israelí amenazaba explícitamente a los libaneses con « las mismas destrucciones y los mismos sufrimientos que en Gaza » si no se sometían a su exigencia de « erradicar a Hezbolá », sus fuerzas armadas atacaron deliberadamente tres sitios de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FINUL). Ocho días después, se contabilizaron al menos cinco ataques israelíes contra esa organización, creada en 1978 tras una importante operación militar israelí en el sur del Líbano contra la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y cuya función es supervisar el comportamiento de los beligerantes y proteger a las poblaciones civiles.

Como en otras ocasiones en las que Israel ha actuado de esta manera, la ONU y muchos países emitieron duras críticas. Sin embargo, el ejército israelí continuó su campaña: el 13 de octubre de 2024, dos tanques irrumpieron en una posición de la FINUL, en una señal de que las presiones internacionales lo tienen sin cuidado. En Gaza, desde octubre de 2023 hasta el 14 de marzo de 2024, la UNRWA registró « la muerte de por lo menos 165 miembros en el ejercicio de sus funciones ». Cuatro días después de la masacre perpetrada por Hamás y otras milicias palestinas el 7 de octubre de 2023, el secretario general de la ONU, António Guterres, recordó que, según el derecho internacional, « las instalaciones de la ONU y todos los hospitales, escuelas y clínicas nunca deben ser blanco de ataques ». Como si la experiencia le indicara cuáles serían las represalias del ejército israelí. Desde entonces, no ha cesado la animosidad de Israel hacia la ONU.

La UNRWA, en el centro de la ofensiva israelí

El 1 de octubre de 2024, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Yisraël Katz, declaró a Guterres persona non grata en su país. En repetidas ocasiones, durante el último año, Israel acusó a la UNRWA de proteger a los « terroristas » y exigió que abandone los territorios palestinos ocupados. El organismo es el único que proporciona de manera permanente ayuda humanitaria, sanitaria y educativa en lo que queda de los campos de refugiados palestinos en Gaza y Cisjordania, así como en Líbano, Siria y Jordania. El ejército israelí no solo bombardea las escuelas y los hospitales de la Franja de Gaza, sino que también bloquea la entrada de los fondos para financiar a la organización e impulsa una campaña de desprestigio en su contra.

En julio de 2024, el parlamento israelí empezó a tratar un proyecto de ley para calificar a la UNRWA como « organización terrorista ». El debate deberá concluir a fines de octubre y podría llevar al embargo de los edificios y los bienes del organismo. El 9 de octubre, Katz también insinuó que la sede de la organización en Jerusalén Este podría ser confiscada (para construir viviendas para israelíes en su lugar).

Paralelamente, sin el menor atisbo de pruebas, Israel ha llevado a cabo una activa campaña de propaganda para presentar a la UNRWA como un « refugio de terroristas ». El 26 de enero de 2024, Netanyahu declaró que 12 empleados habían participado en el ataque de Hamás del 7 de octubre del año anterior. Curiosamente, el anuncio coincidió con el día en el que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) abría una investigación por un « riesgo plausible de genocidio » en Gaza. Al poco tiempo, Israel logró su primer triunfo importante: el 23 de marzo de 2024, el Congreso de Estados Unidos aprobó la suspensión del financiamiento de la UNRWA hasta marzo de 2025, una postura que finalmente resultó poco emulada a nivel internacional.

Según el informe de la comisión independiente Colonna, las acusaciones del gobierno israelí no tuvieron la más mínima repercusión legal, ya que no existían pruebas convincentes que las respaldaran. Sin embargo, se había conseguido lo más importante: extender las sospechas en torno al organismo de la ONU.

El riesgo de epidemia, un ejemplo de manual

Sorprendentemente, sin embargo, la campaña de Israel se interrumpió por un tiempo. El caso merece ser contado, ya que es muy revelador. A fines de agosto de 2024, un brote de poliomielitis amenazaba la Franja de Gaza. Ante el riesgo de que la enfermedad se extendiera a los soldados en el terreno y, a través de ellos, a la población israelí no vacunada (ya que los militares tenían permiso para regresar periódicamente a sus hogares), el papel de la UNRWA volvió a ser crucial. Los israelíes negociaron entonces con el organismo de la ONU. Un mes después, 560 000 niños palestinos fueron vacunados. El ejército israelí tuvo que admitir que, sin la logística única de la UNRWA, « la campaña de vacunación nunca se habría llevado a cabo », explica Jonathan Adler, periodista del periódico en línea Local Call (+972 en su versión internacional).

Así, el gobierno israelí mostró toda su falsedad. Mientras dejaba pasar 1,2 millones de vacunas a Gaza para frenar el riesgo de epidemia, seguía restringiendo la entrada de otros medicamentos de primera necesidad, además de agua y alimentos para los gazatíes. Cuando el riesgo de epidemia estuvo controlado, la campaña contra la UNRWA se reanudó. El vicealcalde de Jerusalén, Nir Barkat (del Likud), organizó manifestaciones permanentes frente a la sede de la UNRWA para presionarla a trasladarse a Amán, la capital de Jordania. A fines de mes está prevista una votación en primera lectura en la Knéset (el parlamento israelí) sobre dos proyectos de ley: uno busca romper los vínculos de cualquier autoridad pública israelí con la UNRWA, y el otro prohíbe las operaciones del organismo en el territorio. Mientras tanto, Israel sigue bloqueando las cuentas bancarias de la UNRWA en los bancos israelíes y los visados de entrada para su nuevo personal. Resultado : entre el 8 de octubre de 2023 y el 27 de septiembre de 2024, los edificios de la UNRWA — escuelas, hospitales, albergues, oficinas — sufrieron 464 ataques israelíes en Gaza. Más de uno al día. Los ataques causaron la muerte de 226 miembros del personal y de 563 civiles que se encontraban en sus instalaciones. Como escribe Jonathan Adler, « la ofensiva legislativa para que la UNRWA abandone los Territorios Palestinos Ocupados no es más que una legalización de la práctica militar existente ».

Sin embargo, el ejército israelí también es pragmático. Algunos altos mandos, explica Adler, están preocupados por estas leyes. Su argumento: « Si la UNRWA abandona Gaza, una nueva pandemia en potencia podría impedir que el ejército israelí prosiga con su caza de Hamás. »

De Bernadotte a la OCHA

Aunque hoy alcanza su punto culminante, la hostilidad de Israel hacia la ONU y hacia cualquier crítica externa de su propia política, sobre todo en tiempos de guerra, se remonta a mucho tiempo atrás, casi a los inicios del Estado. La lista es larga, pero basta con recordar algunos ejemplos. El 17 de septiembre de 1948, cuatro meses después de la creación del Estado de Israel y en pleno estallido de la guerra árabe-israelí de 1948, el conde sueco Folke Bernadotte, mediador de la ONU desde mayo de ese año, fue asesinado en Jerusalén. Bernadotte obstaculizaba las ambiciones israelíes con un « plan de paz » que Israel no aceptaba. Fue abatido por cuatro hombres vestidos con uniforme militar, pero pertenecientes al grupo Stern, un movimiento ultranacionalista. Como señala Jean-Pierre Filiu, ese grupo armado ocupa actualmente un lugar destacado en el Museo del Ejército Israelí.

Más cerca de nuestra época, en 1996, durante una operación contra Hezbolá, la aviación israelí bombardeó un campamento de cascos azules en la localidad de Qana, donde se había refugiado la población : murieron 106 civiles. En 46 años, de todos los organismos similares de la ONU, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FINUL) es la que ha sufrido más bajas: para abril de este año habían muerto 334 de sus miembros, la mayoría durante incursiones israelíes. Otro organismo que sufre restricciones permanentes de Tel Aviv desde hace años es la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), la única agencia neutral que documenta actos ilegales (crímenes, expulsiones, ocupación, destrucción, etc.) perpetrados en los Territorios Palestinos Ocupados.

Cuando el presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó que « Netanyahu no debe olvidar que su país fue creado por una decisión de la ONU », en referencia a la resolución 181 que dividió Palestina en dos Estados, uno « judío » y otro « árabe », adoptada el 29 de noviembre de 1947, fue rápidamente reprendido por el jefe del gobierno israelí: « no fue la resolución de la ONU la que estableció el Estado de Israel, sino la victoria obtenida en la guerra de independencia [de 1948 contra los palestinos y los Estados árabes] ». Así que la ONU no tuvo nada que ver…

El regreso del neoconservadurismo

Este rechazo a las autoridades de la ONU viene acompañado de un discurso recurrente. En hebreo, el acrónimo de la ONU se pronuncia « Um ». El fundador del Estado de Israel, David Ben Gurión, se burlaba diciendo: « Um, Schmum », que podría traducirse como « la ONU nos importa un bledo ». Esta actitud se inserta dentro de una visión política. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, donde una parte importante de la clase política vilipendia a la ONU. Se trata sobre todo de los nacionalistas, que argumentan que ningún organismo internacional puede obligar a su país a someterse a una ley universal contraria a la política nacional adoptada. Israel pretende hacer lo mismo y eludir cualquier disposición externa. Es casi una doctrina de Estado, pero tácita.

En 2004, entrevisté a Carmi Gilon, un exjefe del Shin Bet, los servicios de seguridad interior de Israel. El caso Abu Ghraib había estallado poco antes en Irak. Mi primera pregunta fue : « En la lucha contra adversarios que usan el terrorismo, ¿se puede respetar el derecho humanitario internacional o es lógico desviarse de él? » Su respuesta fue clara : « No soy un experto en derecho internacional. Solo puedo hablar en función del derecho israelí. » En otras palabras, el jefe de los servicios especiales ignoraba el derecho internacional y lo decía sin reparos. Esta actitud no es exclusiva de él ; refleja una filosofía que los líderes israelíes han adoptado desde hace mucho tiempo: justificar de diversas maneras el rechazo a someterse al derecho internacional.

Eludirlo en nombre de la soberanía nacional es una filosofía que hoy en día buscan imponer muchos regímenes.

En este asunto, Israel ha sido pionero. El caso más explícito es la « guerra preventiva ». La prohibición de esta práctica fue incorporada al código de la ONU mediante los Convenios de Ginebra relativos al « derecho de guerra y el uso de armas para resolver conflictos ». En 1967, por ejemplo, fueron invocados por el general De Gaulle, que declaró que, en el conflicto entre Israel y Egipto sobre el bloqueo del acceso de los barcos israelíes al Mar Rojo, el primero que disparara violaría el derecho de guerra y, por lo tanto, no contaría con el apoyo de Francia. Desde 1949, esta prohibición de iniciar una guerra o una operación armada de manera « preventiva » ha sido ignorada en numerosas ocasiones tanto por grandes como por pequeñas potencias.

Sin embargo, la particularidad de Israel es que ha rechazado constantemente, casi desde su nacimiento, la prohibición del derecho a la guerra preventiva. A principios de la década de 1950, el general israelí Yigal Alon, que se había convertido en el líder de la facción más militante del partido laborista entonces en el poder, se convirtió en el adalid de la « guerra preventiva ». Anteriormente, la estrategia del ejército se basaba en una concepción llamada « defensiva-ofensiva » (dar prioridad a la defensa sobre el ataque). A partir de 1953, esta estrategia cambió a « ofensiva-defensiva », según la terminología militar israelí. Una estrategia que « perdura en gran medida hasta hoy », escribió el investigador israelí Oren Barak en 2013. Para Barak:

Desde hace décadas, Israel adhiere de facto a una política exterior fuertemente basada en una doctrina que prevé el lanzamiento de ataques y de guerras preventivas contra sus vecinos en caso de amenazas existenciales, antes de que se materialicen.

Esta política, añade Barak, se ha vuelto « rutinaria », ya que en cada oportunidad Tel Aviv adopta sistemáticamente el argumento de la « amenaza existencial ».

En 1982, cuando el ejército israelí invadió Líbano para expulsar a las fuerzas de la OLP y cambiar el gobierno del país, el entonces primer ministro Menahem Begin justificó la guerra diciendo: « decidimos que no habrá un nuevo Treblinka ». De manera similar, tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, Benjamín Netanyahu se refirió al « mayor crimen contra los judíos desde el Holocausto ». Esta referencia « existencial » le permite a Israel eludir todas las reprimendas de la ONU, que son calificadas, como hemos visto, de « antisemitas ».

Esta restitución de la « guerra preventiva » fue entronizada por la consejera de seguridad de EE.UU., Condoleezza Rice, en el documento anual de « estrategia nacional » estadounidense, en septiembre de 2002. Hoy, la misma doctrina rige el comportamiento israelí, de manera aún más radical. Con esta postura desafiante, Israel muestra su intención de no respetar ninguna norma del derecho de guerra, peor aún que lo que hicieron los estadounidenses en Irak hace veinte años. Cabe destacar que Benjamín Netanyahu, en las décadas de 1980 y 1990, fue uno de los principales ideólogos del auge del neoconservadurismo en Estados Unidos.