
La construcción de una represa río arriba, en territorio marroquí, cambió la situación. El Uadi Guir drena las aguas de la vertiente sur de las montañas del Alto Atlas marroquí y corre a lo largo de más de 400 kilómetros. La puesta en servicio del embalse de Kaddoussa, en 2021, y la consecuente reducción del caudal del Uadi Guir resultaron fatales para el lago del embalse de Djorf Torba, situado río abajo, en territorio argelino, e inaugurado en la década de 1960. Es un embalse que, hasta los últimos años, alimentaba a los 200.000 habitantes de la ciudad de Béchar y sus alrededores, así como las 5000 hectáreas del perímetro agrícola de Abadla. Una región cuya soberanía Marruecos reivindica desde hace mucho tiempo.
Las sequías de los últimos años ya habían reducido el caudal del Uadi Guir y el suministro de agua de los habitantes de Béchar, pero tras la puesta en funcionamiento del embalse de Kaddoussa, ahora los habitantes se encuentran privados de agua. De modo que las autoridades argelinas han dispuesto de manera urgente la transferencia hídrica a partir de la planta de captación de Guetrani, una región rica en agua.
Una obra faraónica
La transferencia se realiza por medio de una obra faraónica de 200 kilómetros de extensión. En enero de 2024, en Béchar, el ministro de Hidráulica argelino dio más detalles:
Es un proyecto de envergadura de un costo de más de 30.000 millones de dinares argelinos (213 millones de euros). Se crearán 26 pozos, tres grandes estaciones de bombeo, un canal de 213 kilómetros para el transporte del agua hacia Béchar y una red de recolección de agua de los pozos a lo largo de 57 kilómetros. Esto permitirá trasportar unos 80.000 m3 de agua por día.
El canal de televisión argelino Ennahar TV se destacó por su promoción del proyecto. En enero de 2024, durante un programa de mucha audiencia en Argelia, el conductor Cheikh Ennoui se dedicó a ensalzar la fiebre nacionalista de los telespectadores presentando la realización de la obra como una respuesta a la actitud desafiante de las autoridades marroquíes.
El desecamiento del lago del embalse de Djorf Torba representa un desastre ecológico debido a la desaparición de decenas de miles de peces, que a su vez alimentaban a las aves migratorias. Las nutrias que habían sido introducidas en el sitio se salvaron porque fueron trasladadas a las orillas de otros embalses.
Argelia se considera damnificada y llevó el caso a la escena internacional. Primero, en mayo de 2024, durante el Foro Mundial del Agua, en Bali, y luego del 23 al 25 de octubre en Liubliana (Eslovenia), en el marco de una reunión relativa al “Convenio sobre la protección y utilización de los cursos de agua transfronterizos y de los lagos internacionales”. En Bali, el ministro de Hidráulica de Argelia, Taha Derbal, denunció el “desecamiento sistemático de los embalses y de las fuentes de agua” del extremo oeste del país. Sin mencionar a Marruecos, acusó a “uno de nuestros vecinos, que, por sus comportamientos irresponsables, ha perturbado el equilibrio ecológico y afectado gravemente la fauna y la flora de nuestra frontera occidental”. En Liubliana, Taha Derbal criticó las prácticas del vecino marroquí: “Las regiones oeste y sudoeste de Argelia sufren los efectos negativos de las prácticas del Estado vecino, Marruecos, que obstruye y destruye las aguas transfronterizas superficiales”, según informó la agencia Argelia Press Service (APS).
El abastecimiento de agua potable de la ciudad de Béchar y el desecamiento del sector agrícola no son los únicos sectores que requieren el uso de agua. La demanda aumenta también debido a proyectos industriales como el que la APS anunció en mayo de 2024, cuando señaló que había empezado “la obra para la construcción de la primera unidad mixta de producción de concentrado de mineral de hierro”, cuya explotación mineral debería compensar la caída de los ingresos por hidrocarburos. La obra consta de una unidad de producción de concentrado de mineral de hierro proveniente del yacimiento de hierro de Gara Djebilet (provincia de Tinduf) y destinado al futuro complejo siderúrgico de Toumiat (Norte de Béchar). El mineral es transportado por una línea férrea de 900 kilómetros de largo que sería construida por empresas chinas por un monto de 1000 millones de dólares.
En octubre de 2023, el periódico El Moudjahid señaló que, para satisfacer las necesidades energéticas del futuro complejo, se construirían “un gigantesco puesto de transformación eléctrica” y una estación de abastecimiento de gas natural. El complejo consumirá enormes cantidades de agua provenientes de Guetrani, de la estación de depuración de aguas residuales de Béchar y de las recicladas en el entorno del complejo industrial.
Un embalse para exportar dátiles
Las declaraciones de Taha Derbal suscitaron una respuesta displicente de su vecino marroquí. El 22 de mayo de 2024, el sitio de información Le360Maroc indicó:
Está claro que el régimen de Argelia se desvive por librar otra “guerra” contra Marruecos y pretende que el Reino sea responsable de, en este caso, su impericia en la gestión de un sector tan estratégico como el agua.
Las autoridades marroquíes no parecen reaccionar a las declaraciones de las autoridades argelinas y solo repiten que, con una capacidad potencial de 220 millones de m3, el embalse de Kadoussa permitirá regularizar el abastecimiento de agua en el valle de Boudnib, irrigar una superficie suplementaria de 5000 a 6000 hectáreas y desarrollar la producción de dátiles. En 2022, la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD), colaboradora del proyecto, emitió sus reservasi al señalar que, en la zona que será irrigada por el embalse, se encuentran, junto a pequeñas explotaciones agrícolas, “explotaciones de gran tamaño que se desarrollan en el exterior de las zonas de oasis y extraen el agua de las napas profundas para producir dátiles de manera intensiva”. La AFD expresó su preocupación por la competencia entre las grandes explotaciones y los pequeños agricultores del oasis por el recurso hídrico:
Sin embargo, estas oportunidades no podrán materializarse a largo plazo sin la garantía de un equilibrio territorial, un impulso económico inclusivo, en particular hacia la población del oasis, y una administración adecuada de los recursos hídricos para garantizar su explotación durable.
El objetivo del Ministerio de Agricultura de Marruecos es producir 40.000 toneladas de dátiles por año para abastecer el mercado interno y el externo. “A largo plazo, Marruecos podría convertirse en uno de los principales productores de dátiles del mundo”, indica la AFD.
Esta estrategia de construcción de grandes embalses fue denunciada por el economista marroquí Akesbi Nadjib por su carácter “hidróvoro”, ya que el agua se utiliza principalmente en los cultivos de exportación que se desarrollan en un ambiente árido. Mohamed Tahar Essarairi, del Instituto Agroveterinario de Rabat, denunció en la prensa local la extensión de las superficies plantadas de palmeras datileras, que consumen unos 1200 mm de agua, mientras que la pluviometría anual es inferior a los 200 mm, lo que exige realizar perforaciones constantemente en los escasos recursos hídricos disponibles a nivel local. Para la AFD, la situación es preocupante: “El ritmo muy acelerado de desarrollo de las superficies explotadas de palmeras datileras permite temer que no se respete el límite de 15.000 hectáreas establecido en el contrato de napa”. La AFD expresó su escepticismo en diciembre de 2023, en un balance intermedio: “A diez años del final de su construcción, el embalse se encuentra apenas al 10% de su capacidad, y los recursos hídricos superficiales disponibles podrían resultar inferiores a lo previsto”.
En encenagamiento, un enemigo en común
Las lluvias excepcionales del mes de septiembre de 2024 permitieron un reabastecimiento del lago del embalse de Djorf Torba, principalmente gracias al aporte de las aguas del Uadi Zouzfana. La Agencia Nacional de Represas y Transferencias de Argelia anunció un llenado “récord” de casi 250 millones de m3 de una capacidad de 365 m3. Sin embargo, según la agencia, el nivel de encenagamiento de la represa “obligó a abrir varias de sus válvulas para asegurar la infraestructura de almacenamiento”. Según los especialistas, el barro acumulado contra el embalse, que es más denso y ejerce una presión mayor que el agua, puede amenazar la estabilidad del embalse. Del lado marroquí, según cifras oficiales, el impacto del encenagamiento en la capacidad de almacenamiento de agua de todos sus embalses alcanza los 75 millones de m3 por año, es decir, un volumen total perdido de 2.700 millones de m3, equivalente a tres grandes represas. En enero de 2024, Nizar Baraka reveló que Marruecos enfrentaba una evaporación diaria de más de 1,5 millones de m3 de agua.
Las necesidades de abastecimiento de agua potable a las poblaciones, el proyecto marroquí de exportación de dátiles y el proyecto siderúrgico argelino harán aumentar la demanda de agua en la zona fronteriza entre ambos países. Mientras tanto, Marruecos y Argelia deben enfrentar un enemigo en común: el encenagamiento de sus embalses y la evaporación.