Francia-Israel. ¿Lobby o no lobby ? (3)

Elnet. Descubra Israel, sus asentamientos, sus tecnologías de vigilancia...

Investigación · Instalada en París, Bruselas, Londres, Berlín, Madrid y Varsovia, la red europea Elnet se dedica a reforzar los lazos entre Francia e Israel focalizándose en líderes, directores de empresas y políticos. Se trata de una estructura discreta y con vastos recursos cuya actividad consiste en vender la marca Israel –sus start-up y sus colonias– en la escena francesa, creando y manteniendo una red de encargados de tomar decisiones a favor de Israel.

Israel, junio de 2019. El imán frances Hassen Chalghoumi posa junto al presidente Reuven Rivlin con la delegación de jóvenes musulmanes franceses y belgas cuyo viaje fue organizado por Elnet Francia (en la segunda fila, segundo por la izquierda, su director Arié Bensemhoun)
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En Francia, el lobby proisraelí está encarnado en una organización con un nombre bastante neutro: Elnet, es decir, European Leadership Network, que presenta su ambición del siguiente modo: “Bregar por el refuerzo de las relaciones bilaterales entre Israel y Francia”. Con oficinas en París, Bruselas, Londres, Berlín, Madrid y Varsovia, Elnet es una organización europea que cuenta además con una asociación de amigos, Friends of Elnet, con sede en Nueva York y en Los Ángeles, y que se encarga de recaudar fondos en los Estados Unidos. Celebrada el 15 de noviembre de 2020, su gala virtual, destinada a “reforzar los lazos euroisraelíes” y recaudar dinero en pos de ese objetivo, reunió a filántropos proisraelíes en torno al presidente Reuvén Rivlin, al ministro de Asuntos Exteriores, Gabi Askhenazi, y a Yair Lapid, un exministro de “centroizquierda” que pretende ser líder de la oposición y que también es el único político israelí que le gusta frecuentar al presidente francés Emmanuel Macron. Experiodista y autor de novelas policiales, Lapid fue recibido calurosamente en el Elíseo por el presidente en abril de 2019, en vísperas de una enésima elección parlamentaria en Israel.

Entre los líderes a los que Elnet trata con dedicación se encuentra Bruno Tertrais, eminente representante de la investigación privada francesa. Director adjunto de la Fundación para la Investigación Estratégica y senior fellow asociado en el Instituto Montaigne, especialista en asuntos de defensa con experiencia en la OTAN y en el laboratorio de ideas Rand Corporation, Tertrais estuvo durante un tiempo en el Partido Socialista y en la Fundación Terra Nova, antes de pasar a asesorar a Emmanuel Macron en cuestiones “estratégicas” durante la campaña presidencial de 2017. Para decirlo en dos palabras: Tertrais no es ningún novato. En junio de 2020, durante un seminario celebrado a través de internet, Tertrais le rindió homenaje a Elnet, que “me permitió conocer todas las facetas y todas las realidades de la sociedad israelí”. Colaborador del semanario L’Express, asiduo participante en otros medios escritos o audiovisuales, curiosamente Tertrais necesita un lobby –que no oculta su condición– para hacerse una idea de la sociedad israelí.

Cambiar la posición de Francia

Poco conocido a nivel masivo, Elnet se preocupa muy poco por la realidad de una sociedad fracturada donde, a pesar de la crisis sanitaria, miles de personas salen todas las semanas a manifestarse contra la política corrupta de Netanyahu. En cambio, la organización se concentra más bien en la “relación estratégica”, la ofensiva contra Irán y la lucha contra la campaña Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), pero también en el apoyo a las colonias. Todos esos temas están, evidentemente, en el centro de la acción del primer ministro israelí.

Según indicó Arie Bensemhoun, director de Elnet Francia, la función de su asociación no da lugar a ambigüedades, “aunque técnicamente Elnet no es un lobby, porque no tenemos nada para vender”… Salvo la política del gobierno israelí. Elnet Francia, me explica Bensenhoum, quiere “patear el tablero y dar vuelta la posición de Francia en el llamado conflicto israelí-palestino. Ya no estamos más en 1967, y también quedaron muy lejos los Acuerdos de Oslo. Hay que tener en cuenta la relación de fuerzas en el terreno, los cambios en el mundo árabe, y también el plan de paz de Trump, no para aceptarlo en su totalidad, sino porque es un elemento nuevo y un nuevo punto de partida”.

Arie Bensemhoun quiere que Francia “cambie de discurso” y asuma una nueva posición “clara y nítida, que pasa por el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel”. Efectivamente, Bensenhoum es claro y nítido, mucho más claro y nítido que las decenas de expertos, intelectuales y políticos a los que invita con todos los gastos incluidos a Israel y que luego presentan un argumentario proisraelí perfectamente pulido ante sus lectores, sus estudiantes o sus electores, como es el caso de Bruno Tertrais, el sociólogo Gérard Rabinovitch, la diputada Aurore Bergé y sus colegas Syvain Maillard y Meyer Habib en la Asamblea Nacional, y muchas otras personas más. “En política exterior no hay amistades, solo hay relaciones”, señala Arie Bensemhoun. “La relación política Francia-Israel no es la de un amor desenfrenado, sino más bien una relación equilibrada, positiva, constructiva, con mucha cooperación: investigación científica, innovación, emprendimiento, y relaciones e intercambio de información sobre cuestiones estratégicas, militares y de lucha contra el terrorismo”.

A todo eso se dedica Elnet Francia. Como escribe Jean-David Benichou, empresario de la industria de alta tecnología y miembro del consejo de administración de Elnet Francia, “hay que eliminar la desconfianza recíproca para instalar la confianza mutua, acompañar a los políticos de la nación y crear el contexto de diálogo”. “Elnet es una asociación de derecho francés, no gubernamental y no comunitaria, registrada en el registro de asociaciones, somos un think tank y un do tank”, señala Arie Bensemhoun. “Organizamos misiones, delegaciones, coloquios. Estamos financiados por donaciones privadas de fundaciones, de empresas y de particulares. En Elnet no hay dinero público”.

En materia de lobby, la prioridad de Israel son, desde luego, los Estados Unidos, su principal proveedor de armas, y también, en menor medida, la Unión Europea (UE), ya que Israel participa en numerosas organizaciones europeas –algunas de las cuales son conocidas por el público en general, como el célebre concurso de canciones Eurovisión, o la Eurocopa de la UEFA–, pero sobre todo porque Israel coopera en numerosos programas europeos que benefician a sus empresas, como el enorme proyecto de segurización de los gasoductos europeos, en el que participa Elbit Systems, uno de los tres principales grupos de defensa israelíes. Los desafíos de seguridad son tan importantes para Israel que la cooperación con los europeos es esencial, y en realidad Israel posee una situación de cuasi miembro de la UE, un beneficio del que no goza ningún otro país. De hecho, la oficina de Elnet en Bruselas cubre también a la OTAN, y según un observador, realiza “el clásico trabajo de lobby a favor de su país. Por cierto, en un principio creí que se trataba de una agencia gubernamental”.

“Briefings estratégicos” en París

Pero Francia, potencia mundial, miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, y además, tercer exportador mundial de armas, sigue siendo de todas formas un objetivo interesante para Elnet. “En el mundo, la voz de Francia cuenta”, estima un diplomático israelí que presta servicio en París. Según el diplomático, “Elnet es un movimiento que trabaja sobre la percepción de Israel, pero nos importa poco lo que pueden llegar a hacer algunas organizaciones, porque en Francia solo hay una voz de Israel, y es la embajada. Elnet no es un brazo de la embajada”.

Sin duda no lo es estructuralmente, pero Elnet, en primer lugar, valoriza a Israel en Francia, y eso a la embajada no le molesta en lo más mínimo… En julio de 2018, cuando efectuó una visita a París el general de brigada Ronen Manelis, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Elnet estuvo al mando para organizarle “briefings estratégicos” con interlocutores seleccionados. Incluso la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional francesa recibió el 3 de julio de 2020 a Manelis, vestido de uniforme, algo que consideró “histórico” y “excepcional”, y es comprensible. “Intentamos influir sobre las conciencias”, explica el general en uniforme, “eso forma parte del conflicto, de la batalla librada contra el enemigo”.

Manelis afirmó ante los parlamentarios que su ejército tenía como misión “combatir las tinieblas junto a los países del mundo libre” y librar una guerra contra las organizaciones terroristas y Hamas, que tiene “una crueldad inconmensurable”. Sin embargo, la presidenta de la comisión, Marielle de Sarnez –fallecida el 13 de enero de 2021–, le recordó al general que “Gaza es una prisión a cielo abierto. Usted no puede y no debe exonerarse de una parte de la responsabilidad de lo que allí sucede”. También Alain David, diputado socialista del departamento de Gironda, se refirió a la respuesta del ejército israelí a las marchas de los viernes en Gaza durante la primavera de 2018: “Usted desplegó una operación de mantenimiento del orden como una operación de guerra, y nosotros condenamos esa masacre”. Otros diputados continuaron en el mismo tono, salvo Meyer Habib, diputado de la octava circunscripción de los franceses radicados fuera de Francia, que se despachó con su diatriba habitual contra “la violencia antisemita, que se alimenta antes que nada y sobre todo de la detestación de Israel. Los políticos y los medios de comunicación hacen mucho énfasis en Israel”. Encantado con su audiencia, el general Manelis le agradeció a la Asamblea Nacional francesa el “gran honor” que se le había prodigado. Un general israelí en uniforme en el Parlamento de una República Francesa que oficialmente condena la represión en Gaza no es algo común, y temo que eso no honra a Francia.

Hermosos viajes a Israel

Llevar a israelíes influyentes a París, pero sobre todo enviar a franceses a Israel: esa es la misión central de Elnet. “Muchas personas viajan a Israel, y Elnet contribuye en eso, con políticos, empresarios, delegaciones regionales y locales. Al visitar el lugar y comprender su complejidad, se produce un cambio en la visión de la situación. Como Francia se enfrenta al aumento del terrorismo y del radicalismo islamista, los franceses también son menos condescendientes, menos paternalistas”, se regocija Arie Bensemhoun. Otras personas deploran la importancia que han tomado esos viajes de “descubrimiento” durante los últimos años. “Los israelíes siempre intentan llevar a la gente al Golán y a las colonias”, comenta un exembajador de Francia. “Pero todos los textos internacionales que hemos firmado dicen lo contrario. ¿Acaso cambió la política francesa? Por el momento, el gobierno no ha dicho: ‘nos gustan las colonias’”.

Así, 37 diputados de diversas orientaciones “han realizado, según la opinión general, un hermoso viaje a Israel en 2018”, ironiza Bruno Joncour, diputado de Saint-Brieuc. El viaje, organizado, , desde luego, por Elnet, trasladó a la delegación parlamentaria francesa más numerosa desde la fundación del Estado de Israel, en 1948. Los políticos visitaron la controvertida Ciudad de David, en Siwan, un barrio palestino de Jerusalén considerado como “ocupado” por las autoridades francesas; se reunieron con Benjamín Netanyahu, y cenaron con el entonces ministro de Justicia, Amir Ohana, exfuncionario del Shin Beth –la agencia de seguridad interior israelí–, de derecha, miembro del Likud y actual ministro de Seguridad Pública desde mayo de 2020. “Utilizaron enormes cantidades de recursos”, continúa Bruno Joncour. “Es parte de la estrategia del gobierno israelí y su voluntad de volver a darle brillo a su imagen en torno a una política que, por otra parte, deja mucho que desear”. “Los parlamentarios franceses siempre han sido muy solicitados por la Embajada de Israel en Francia, pero desde hace unos veinte años, la presión de las organizaciones proisraelíes es más fuerte”, agrega Gwendal Rouillard, diputado de Lorient. “El impacto de los viajes a Israel tiene consecuencias, ya que están orientados. Constaté esa presión durante los cinco años de gobierno de François Hollande y durante el quinquenio actual. Pero si Elnet me invita, no iré, conozco el papel de ese lobby y no tengo ganas de participar en él”.

En junio de 2019, cuando el imán Hassen Chalghoumi visitó Israel con cuarenta jóvenes franceses y belgas de confesión musulmana, Elnet también organizó y financió ese viaje. Por cierto, un año antes, el mismo imán se había reunido con el general Manelis durante su estadía en París. A Elnet no le faltan recursos ni tesón.

Denigrar a los defensores de los derechos de los palestinos

Tesón en cambio es lo que parece faltarle a Francia. En diciembre de 2018, unos meses después de la visita oficial del general Manelis, la República Francesa otorgó su “Premio de los derechos humanos”, creado en 1988, a dos organizaciones de defensa de los derechos humanos activas en los territorios palestinos ocupados: la israelí B’tselem y la palestina Al-Haq. La entonces ministra de Justicia, Nicole Belloubet, debía hacer entrega del premio en los salones del Ministerio de Justicia, en la Plaza Vendôme, a los directores de ambas asociaciones, Hagaï El-Ad y Shawan Jabarin, que se trasladaron a París. Pero la Embajada de Israel, el diputado Meyer Habib y el Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (CRIF) hicieron campaña contra la entrega de ese premio, empleando palabras injuriosas y siguiendo la línea de un ministro israelí de entonces, furioso de ver que Francia coronaba a dos organizaciones que “acusan a Israel de apartheid, nos deslegitiman en el plano internacional, defienden el terrorismo y apoyan la campaña BDS”. El CRIF también publicó en su sitio web “argumentarios” contra ambas ONG elaborados por la ONG Monitor, una “contra ONG” israelí que se encarga de seguir y denunciar la actividad de organizaciones humanitarias en Palestina y en Israel cuya acción, afirma la ONG Monitor, “genera graves distorsiones”, como B’Tselem y Al-Haq.

“Éramos alrededor de cien invitados. Estábamos en los salones, esperando el discurso de Belloubet, que debía honrar a B’Tselem y Al-Haq en nombre de la república. El tiempo pasaba, y empezamos a perder la paciencia. Entonces la ministra se echó atrás, con el pretexto de una reunión urgente. Nos dio vergüenza. Un general puede desfilar en uniforme por la Asamblea, pero trataron sin consideración a dos dirigentes de organizaciones de defensa de los derechos humanos”. Hagaï El-Ad, una de las pesadillas de Netanyahu, estaba decepcionado, pero no sorprendido.

Unas semanas antes, se había expresado ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y había sido vilipendiado por la derecha israelí por haber hablado sin rodeos: “Al primer ministro Netanyahu le digo lo siguiente: usted jamás hará que nos callemos, ni nosotros ni las centenas de miles de israelíes que rechazan un presente que se basa en la supremacía y la opresión, y que luchan por un futuro construido en base a la igualdad, la libertad y los derechos humanos. No soy ni un traidor ni un héroe. Los verdaderos héroes son los palestinos que padecen esta ocupación con coraje y perseverancia; que son despertados en medio de la noche por soldados que aparecen en sus casas; que saben que si muere uno de sus allegados, a los responsables le garantizarán la impunidad; que se quedan en su tierra sabiendo que solo es una cuestión de tiempo para que lleguen las apisonadoras”.

En sus comunicados, declaraciones y tuits en relación a este asunto, el diputado Meyer Habib, la embajadora israelí Aliza Bin-Noun, y el presidente del CRIF, Francis Kalifat, siguieron rigurosamente la misma línea. Esa línea es la que definió el Ministerio de Asuntos Estratégicos en Jerusalén, es la que difunde la ONG Monitor y es valorizada día a día por Elnet en París: no dejar pasar nada ni a nadie. En París se puede honrar a un general israelí, pero no a los israelíes y palestinos defensores de los derechos humanos. Una linda victoria, y para nada despreciable.