Egipto. Los coptos católicos, una minoría dentro de la minoría

En Egipto, la Iglesia católica copta no supera los 250.000 miembros. A pesar de su historia antigua y fascinante, hoy la comunidad parece haber quedado en el olvido.

A priest in ornate vestments walks down an aisle in a church, surrounded by worshippers.
Nasr City, distrito de El Cairo, 24 de diciembre de 2021. Un sacerdote sostiene incienso durante la misa de Navidad de los católicos coptos en la iglesia de Santa María.
Sayed Hassan / Controluce vía AFP

A comienzos de mayo de 2025, una fumata blanca sobrevoló el Vaticano, la capital de los católicos de todo el mundo. Unos minutos después, resonó la fórmula tradicional –“Les anuncio una gran alegría: tenemos Papa”–, que marcó el fin del pontificado del Papa Francisco y la elección del estadounidense Robert Francis Prevost, desde entonces León XIV. En Egipto, su nacionalidad suscitó desazón entre los coptos católicos, que hubieran preferido un jefe espiritual nacido en un país del sur.

Descrita como “una minoría dentro de la minoría” o a veces como una minoría “fabricada” , la Iglesia católica copta solo cuenta con 200.000 fieles, es decir, menos del 1 % de la población, contra el 10 % que representan los coptos ortodoxos. A pesar de esa cifra relativamente modesta, las reacciones negativas a la elección de un papa estadounidense confirman el hecho de que esa comunidad no está aislada de su entorno, donde la hostilidad hacia Estados Unidos es considerable.

El fotógrafo Roger Anis comparte esa desazón, pero afirma, sin embargo, que es consciente de la extrema dificultad que implica “suceder a un papa excepcional”. Nacido en Menia, una gobernación descrita como el principal foco de violencias confesionales entre musulmanes y cristianos, este treintañero creció en “un entorno pluralista y tolerante”: cada uno de sus padres pertenece a uno de los dos grupos coptos egipcios. Sin embargo, Anis recuerda que, durante una misa en una iglesia ortodoxa, le escuchó decir a un sacerdote que “el que no sigue a esta Iglesia no será bendito”… Como si los coptos católicos de Egipto estuvieran asediados por todos lados.

Cismas y misionarios

Si bien los historiadores divergen un poco sobre el comienzo del asentamiento del catolicismo en Egipto, existe consenso en señalar que durante el “Gran Cisma” del cristianismo, entre la Iglesia Católica de Occidente y la Iglesia Ortodoxa de Oriente (siglo XI), una minoría de coptos se sumó al Vaticano. Pero algunas fuentes indican que durante toda la Edad Media los coptos ya eran vistos como “herejes” debido a la división previa dentro del cristianismo sobre la naturaleza de Cristo: los coptos, más tarde calificados de ortodoxos, habían rechazado las conclusiones del Concilio de Calcedonia de 451, que definía la doctrina del diofisismo o la doble naturaleza de Cristo, divina y humana.

En Egipto, la presencia católica se desarrolló en el siglo XIII, con la llegada de las misiones franciscanas . Se fortaleció en el siglo XVI, cuando el Vaticano comenzó a mostrar interés por Oriente. En 1741, el Papa nombró un vicario apostólico para la pequeña comunidad de católicos coptos egipcios, integrada por apenas 2.000 personas.

La verdadera transición ocurrió en el siglo XIX, durante el reinado de Mehmet Alí (1805-1848), gobernador de Egipto , y el gobierno del jedive Ismail Pachá (1863-1879), su nieto. En el marco de los esfuerzos que hicieron ambos para acercarse a Europa –con el doble objetivo de modernizar el país y buscar apoyo frente al Imperio Otomano–, la presencia católica se benefició del firme respaldo de esos gobernantes. Así, alentaron a los cristianos que deseaban convertirse y sumarse a la Iglesia Católica, y en 1829, Mehmet Alí autorizó a los coptos católicos a construir sus propias iglesias.

Según Mohammed Afifi, profesor de historia en la Universidad de El Cairo:

La idea no era obligarlos a sumarse a la Iglesia católica, pero la política de apertura de Mehmet Alí permitió migraciones hacia Egipto, como las de fieles de la Iglesia católica, lo cual hizo de la conversión un acto de sociabilidad, fruto de la proximidad y del contacto, antes que un acto de carácter religioso.

La elección del catolicismo

Según Afifi, en esa época, Egipto era un polo de atracción para el proselitismo católico. Sin embargo, el historiador señala el éxito limitado de las misiones debido al apego de los coptos a la ortodoxia. Además, “la Iglesia ortodoxa se oponía categóricamente a la conversión de sus fieles al catolicismo”.

Afifi subraya también que, en esa época, los que entraron en interacción con las misiones católicas eran esencialmente cristianos. Aunque las misiones evangélicas operaron principalmente en los entornos pobres del Alto Egipto, donde se concentraban los coptos, Afifi dice que la mayoría de los que eligieron sumarse a la Iglesia Católica eran los miembros más ricos y abiertos de espíritu de la comunidad. La mayoría había hecho estudios en el exterior y estaban influidos por la civilización europea. Otras misiones hicieron foco en las personas que habían ido a trabajar a Egipto, sobre todo durante la excavación del Canal de Suez (inaugurado en 1869) y, antes, durante la campaña francesa de 1798 en Egipto. Así, la Iglesia católica copta encarnó, según el sitio de la Iglesia Católica Copta de St. Mary (Los Ángeles), “una mezcla única entre el patrimonio cristiano egipcio y la tradición católica romana”. Si bien depende del Vaticano, su identidad es copta en materia de rituales y de legado.

La conversión de Maallem Ghali, un copto de alto rango que trabajaba en la oficina de contabilidad de Mehmet Alí, es considerada la más importante de ese entonces. Para Atef Najib, investigador de historia y exdirector del Museo Copto de El Cairo, si bien la conversión respondió a un pedido de Mehmet Alí, también se explica por la influencia de la cultura europea. Maallem Ghali y otros coptos acaudalados fueron seducidos por el catolicismo durante un viaje al extranjero o en contacto con católicos que vivían en Egipto: italianos, malteses o franceses que habían llegado a Egipto en el siglo XVIII y sirios cristianos que habían huido de las persecuciones del siglo XIX, sobre todo armenios.

En su novela semiautobiográfica Un pueblo al oeste del Nilo (1996, sin traducir) –duramente criticada por la Iglesia ortodoxa–, el padre Yohanna Kolta recuerda experiencias de conversión de la ortodoxia al catolicismo más vinculadas con la situación social que con decisiones doctrinales. Por ejemplo, conversos que eligieron el catolicismo porque se sentían más cómodos con los monjes católicos que con los monjes ortodoxos.

Mohammed Afifi también señala que uno de los grandes desafíos de los misionarios católicos era la expansión de las misiones protestantes en Egipto en el siglo XIX:

El predicador protestante no llevaba el hábito eclesiástico tradicional, sino ropa de calle, y hablaba más de asuntos profanos que religiosos, lo que para muchos era un factor de atracción.

Afifi agrega: “Se dice que Hassan al-Banna, el fundador de la cofradía Hermanos Musulmanes, fue influido por los métodos de predicación de los misioneros protestantes”.

La dimensión cultural

Atef Najib subraya que el Museo Copto Egipcio no contiene ningún vestigio de la presencia católica en Egipto. Pero Dalia Mahmoud, exestudiante de una escuela católica de Egipto, recuerda la existencia de un depositario de la huella cultural de los católicos egipcios: el Centro Católico de Cine de Egipto, instalado en la Iglesia San José, de los franciscanos de El Cairo. A comienzos de mayo de 2025, se celebró la 73ª sesión del festival, fundado en 1952. Es considerado uno de los más antiguos de Egipto y de Oriente Próximo. Y su presidente, el padre Boutros Daniel, es una de las personalidades culturales más importantes del país.

Roger Anis, por su parte, menciona los “espacios culturales” creados por la presencia católica en Egipto. Cita, sobre todo, el Centro Cultural de los Jesuitas, donde muchos niños de su generación estudiaron diferentes variedades de arte y de cultura, y también la gran biblioteca de los Dominicanos, en el barrio de Abbassia, en El Cairo. Especializada en estudios islámicos y textos árabes, la biblioteca es socia de varias instituciones como la Universidad de al-Azhar, el Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO) y la Biblioteca Nacional de Francia (BNF).

El fotógrafo asegura que “la cantidad de católicos que asisten a misa está en descenso”, y lo atribuye a la emigración desde mediados del siglo XX, al envejecimiento de los fieles y a la tendencia de los jóvenes a solo asistir a las iglesias para las fiestas. Pero insiste en que “lo que más aprecia el católico copto es el interés de las instancias católicas egipcias por la cultura”.