Irán-Israel. De la alianza a la confrontación

Del 26 al 31 de octubre de 2021, tras un ciberataque que averió el sistema informático de las estaciones de servicio del país, Irán quedó paralizado. El general iraní Gholam Reza no dudó en acusar a Israel de haber sido el causante del desperfecto.

Las sospechas de Irán no son infundadas. Desde hace varios años, el conflicto indirecto que enfrenta a Irán con Israel se manifiesta de manera no convencional: asesinatos, ciberataques e incluso sabotajes. Pero las cosas no siempre fueron así. Más aún, hubo un tiempo en que la relación entre ambos Estados estuvo marcada por períodos de intensa cooperación.

LA ÉPOCA DE LA COOPERACIÓN

“Una relación de amor sin contrato de matrimonio”, esos son los términos que, según el investigador Jean-Loup Saman, habría empleado el primer ministro iraní Ali Amini para calificar las relaciones entre Irán e Israel, durante la visita a Irán del primer ministro israelí David Ben Gurión, en 1961. Irán fue el segundo país en reconocer de facto al Estado de Israel, en 1950, luego de largas negociaciones orientadas a facilitar la salida forzada de los judíos de Irak tras la reapertura de la frontera entre ambos países, en 1949. En el marco de la doctrina de las “alianzas periféricas”, bajo el gobierno de Ben Gurión, Israel buscaba en efecto aliarse con Estados no árabes para cercar a los países árabes enemigos. Si Turquía, Etiopía y Sudán entraban en el marco de esta doctrina, Irán constituía el principal aliado no oficial de Israel en Oriente Próximo.

Esta alianza se basaba sobre todo en la lucha contra un enemigo común: el coronel Gamal Abdel Nasser, que desde 1952 gobernaba en Egipto tras un golpe de Estado. El nacionalismo árabe defendido por Nasser, que también alcanzaba a Siria e Irak, era percibido como una amenaza por Israel e Irán, sobre todo luego del acercamiento entre Egipto y la URSS, en 1956.

En consecuencia, los servicios de inteligencia exterior de Israel, de Irán y de Turquía (el Mosad, el SAVAK y la MIT) crearon entre 1957 y 1977 una alianza denominada Tridente. Tel Aviv y Teherán también cooperaban en el plano militar entregando armas a la resistencia de los kurdos iraquíes liderados por Mustafa Barzani contra Bagdad, apoyando a las tropas leales al imán al-Badr contra los republicanos apoyados por Nasser durante la guerra de Yemen (1962-1970), e incluso desarrollando en 1977 el proyecto Flower, un programa común de desarrollo de misiles balísticos.

Los intercambios económicos también eran considerables porque a partir de 1957, Irán se convirtió en el primer proveedor de petróleo de Israel. La mayor parte del oro negro pasaba por el oleoducto Eilat-Ashkelon, cofinanciado por ambos Estados. En el ámbito agrícola, Irán e Israel cooperaban en la irrigación de los viñedos y en la producción de vino. Además, la aerolínea israelí El Al disponía de una oficina en Teherán. Sin embargo, la relación bilateral jamás fue oficializada. El sah de Irán, preocupado por las críticas de los mulás y recordando a pesar de todo el derecho de los palestinos a la autodeterminación, no intervino en las guerras del conflicto árabe-israelí. Si bien Irán entregó armas a Israel durante la guerra de octubre de 1973, también le entregaba, al mismo tiempo, millones de barriles de crudo a Egipto. En 1970, con la llegada al poder de Anwar el-Sadat, Irán se alejó poco a poco de Israel y empezó a acercarse a Egipto y a Irak, con el que firmó en 1975 el acuerdo de paz denominado Tratado de Argel.

1979, CAMBIO DE RUMBO

La revolución de 1979 implicó un cambio. El ayatolá Ruhollah Jomeiní rompió todas las relaciones con el “pequeño Satán”, al que no dudó en amenazar abiertamente. En un gesto fuertemente simbólico, las instalaciones de la misión israelí en Teherán fueron entregadas a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Para Israel, Irán pasó a ser un Estado “hostil” que, a partir de 1982, empezó a apoyar a la comunidad chií del Líbano y contribuyó en la génesis de Hezbolá. Es cierto que el pragmatismo llevó a ambos países a cooperar durante la guerra entre Irán e Irak (1981-1988), cuando Israel eligió apoyar a Irán entregando armas y bombardeando la central iraquí de Osirak (operación Ópera o Babilonia). También cooperaron más tarde, en 1985, en el marco del escándalo Irán-Contra, también conocido como Irangate, durante el cual Israel, intermediario de Estados Unidos, vendió armas a Teherán a cambio de la promesa de liberación de rehenes norteamericanos detenidos por milicias chiíes en Líbano. Pero estas contradicciones resultaron muy infrecuentes.

Israel es el principal opositor al desarrollo del programa nuclear iraní. En 2018, Tel Aviv convenció al presidente estadounidense Donald Trump de retirarse del acuerdo nuclear firmado en 2015, denominado JCPOA (Joint Comprehensive Plan of Action). La decisión del mandatario estadounidense no hizo más que profundizar la oposición política entre Irán e Israel.