La expulsión de los marroquíes de Argelia en 1975

La imagen muestra a un grupo de personas de pie frente a una reja o cercado. Hay varias figuras, tanto adultos como niños, que parecen estar en comunicación a través de la malla. Algunas personas llevan ropa en tonos verdes, mientras que se observan rostros que expresan diferentes emociones, como preocupación o anhelo. El fondo es de un color rojo, lo que resalta la escena. La imagen transmite un sentido de separación y conexión entre quienes están dentro y fuera del cercado.

“Odiaba todo lo que tuviera que ver con Marruecos”, dice entre risas Fatima Malki, una joven argelina cuya madre fue una de las pocas marroquíes que se quedaron en Argelia después de 1975. Ese año, el expresidente de Argelia Houari Boumediene anunció la expulsión de más de 45.000 familias marroquíes, un acontecimiento que sería bautizado como “Marcha negra” por los marroquíes, tras la conocida “Marcha verde” que permitió que el reino nacionalizara gran parte de sus tierras del sur. Según los argelinos, sus ciudadanos eran los únicos que no habían sido indemnizados por esa decisión.

Cierre de fronteras, ruptura de relaciones: esas son algunas de las consecuencias tangibles de una disputa que dura desde hace décadas entre Marruecos y Argelia. Tras haber obtenido la independencia del colonialismo francés y español, quedaron territorios en litigio, en especial el Sáhara Occidental. Entonces se conformó el Frente Polisario, un movimiento nacionalista de liberación saharaui que reivindica el derecho a la autodeterminación, considerado como legítimo por las Naciones Unidas.

LA GUERRILLA DEL FRENTE POLISARIO

Por convocatoria del rey Hasán II, el 6 de noviembre de 1975, 350.000 marroquíes emprendieron una “Marcha verde” hacia el territorio del Sáhara Occidental con el objetivo de afirmar su autoridad sobre la mayor parte de los territorios del sur antes colonizados por España.

El Frente Polisario respondió por medio de una guerra de guerrillas contra Rabat. El Frente contaba con el apoyo de Argelia, que lo consideraba interesante en términos estratégicos porque podía abrirle la puerta al Atlántico y a las tierras marroquíes. Así que, en represalia por la “Marcha verde” marroquí, a la que consideraba como una amenaza para su posición respecto al Sáhara Occidental, el gobierno argelino expulsó de su territorio a más de 45.000 familias marroquíes.

Las familias fueron obligadas a abandonar afectos, actividades económicas y todos sus bienes. “Había familias mixtas cuyos miembros habían participado en la liberación de Argelia en la época colonial”, confirma Miloud Chaouch, presidente de la Asociación de Marroquíes Víctimas de la Expulsión Arbitraria de Argelia (AMVEAA), quien trabaja en este asunto desde 2006 y demanda reparaciones ante ambos gobiernos. Los marroquíes fueron repartidos por todo el territorio del reino, ya que la ciudad fronteriza de Uchda no tenía capacidad para hospedarlos a todos. A algunos de ellos todavía los persigue el recuerdo de haber sido separados por la fuerza de sus propios hermanos y hermanas tras la decisión unilateral del presidente argelino. Pero los acontecimientos de 1975 siguen siendo poco conocidos a ambos lados de la frontera.

Y en el conflicto entre ambos países, también jugó un papel relevante el contexto de la Guerra Fría. Mientras Marruecos se inclinaba más hacia Estados Unidos y sus aliados, Argelia contaba con el apoyo de la Unión Soviética.

DIPLOMACIA DE RUPTURA

Las tensiones diplomáticas no terminaron ahí, y todavía son una nota característica de las relaciones entre ambos países. En 1994, Marruecos cerró su frontera con Argelia, en respuesta al atentado terrorista perpetrado en el hotel Atlas Asni de Marrakech. El reino jerifiano estaba convencido de la participación de los servicios secretos argelinos. Sin pensarlo dos veces, Rabat expulsó a todos los argelinos que no contaban con un permiso de residencia y empezó a exigir una visa obligatoria para los ciudadanos argelinos, en contradicción con los principios de la Unión del Magreb Árabe, que establece la libre circulación de personas entre los cinco países de la comunidad. Desde ese entonces, la frontera terrestre entre Argelia y Marruecos permanece cerrada. En septiembre de 2021, el Alto Consejo de Seguridad de Argelia cerró el espacio aéreo del país a todos los aviones comerciales y militares marroquíes. La escalada tuvo lugar tras la normalización de las relaciones entre Marruecos e Israel, y el reconocimiento posterior de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental concedido por el expresidente estadounidense Donald Trump. Las tensiones siguieron in crescendo dos meses más tarde, tras la muerte de tres argelinos en un bombardeo marroquí en la “zona colchón” de Guerguerat, entre el reino y Mauritania. Temerosos de que la historia se repita, los marroquíes de Argelia se preguntan si la administración actual tomará medidas similares a las de 1975.