¿“Los palestinos nunca pierden una oportunidad de perder una oportunidad”?

La cita es antigua, pero fue deformada para servir de propaganda y atribuirles a los palestinos el fracaso de las negociaciones de paz durante las últimas décadas. Después de la guerra de octubre de 1973, se celebró una conferencia en Ginebra que por primera vez reunía a Israel, Jordania y Egipto. El Cairo había propuesto invitar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), a punto de ser admitida como observador en las Naciones Unidas, pero se topó con el veto israelí. Tras el fracaso de esa conferencia, Abba Eban, en ese entonces representante de Israel ante la ONU, pronunció esta frase que sería desviada para hacer referencia a los palestinos y sería repetida mil y una veces: “Los árabes nunca pierden una oportunidad de perder una oportunidad”, una acusación que recientemente fue retomada luego del rechazo de los palestinos del plan de Trump, que valida la creación de un “Estado” palestino sin ninguna soberanía y la anexión por parte de Israel de Jerusalén y de un tercio de Cisjordania.

¿Ese discurso se corresponde con la realidad? En 1982, la Liga Árabe celebra una cumbre en Fez, Marruecos. Por primera vez, el mundo árabe adopta colectivamente un proyecto de paz global que reconoce el derecho de “todos los Estados de la región a vivir en paz” a cambio de la creación de un Estado palestino. Se trata de una iniciativa histórica que la OLP aceptó, pero que Israel rechazó, aunque el conjunto del mundo árabe se declaraba dispuesto a reconocer a Israel. Tras la guerra contra Irak (luego de que ese país invadiera Kuwait), el presidente estadounidense George H. Bush presentó un plan de paz, y el 30 de octubre de 1991, con una URSS agonizante, convocó a una conferencia en Madrid. El primer ministro israelí no quiso participar; por primera vez, Washington le torcía el brazo a Israel y lo obligaba, bajo amenaza de sanciones financieras, a asistir. Pero el veto israelí contra la presencia de la OLP continuó.

NEGOCIAR POR FIN CON LA OLP

Finalmente, Israel negoció secretamente con la OLP, y en septiembre de 1993 firmó con ella los Acuerdos de Oslo. Su naturaleza desigual era evidente: la OLP reconocía oficialmente a Israel, que, por su parte, se limitaba a reconocer… a la OLP. Sin embargo, los palestinos apostaron por la paz. Esperaban que la autonomía que les conferían derivaría en la creación de un Estado.

Pero la implementación de los acuerdos se retrasó, mientras que la construcción de las colonias se aceleró. En septiembre de 1995, en una intervención ante el parlamento israelí, el primer ministro israelí Isaac Rabin señaló las reivindicaciones de su país:

➞ anexión de Jerusalén y de numerosas colonias, o sea aproximadamente el 15% del territorio de Cisjordania;
➞ instalación de la frontera de seguridad de Israel sobre el río Jordán.

¡Israel se perdía nuevamente una oportunidad para alcanzar la paz! Se sabe que el punto muerto de los Acuerdos de Oslo llevó a la segunda Intifada, de una violencia renovada. Para encontrar una solución, el 27 y 28 de marzo de 2002 se celebró en Beirut una cumbre de la Liga Árabe. Con el aval de la OLP, la cumbre proponía considerar que el conflicto con Israel había terminado, y establecer “relaciones normales con Israel” si se cumplían tres condiciones:

➞ el retiro total de Israel de los territorios ocupados en 1967,
➞ la creación de un Estado palestino con Jerusalén Este como capital,
➞ “una solución justa” del problema de los refugiados.

Nuevo rechazo israelí.

En los territorios ocupados, la situación se deterioraba, con una represión israelí sin precedentes y sangrientos atentados palestinos. En ese contexto, el Cuarteto –compuesto por los Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y las Naciones Unidas– adoptó el 30 de abril de 2003 una “hoja de ruta”. No era un nuevo plan de paz, sino un marco que establecía parámetros y un calendario para facilitar las negociaciones y su implementación. La OLP aceptó, Israel también, pero puso tantas condiciones que la propuesta terminó desprovista de valor.

A partir del mes siguiente, como condición previa para las negociaciones, el primer ministro Ariel Sharon exigió la renuncia de los palestinos a su “derecho de retorno”. El 2 de febrero de 2004, Sharon anunció la decisión de desmantelar las colonias en Gaza y retirarse de ese territorio. ¿Un avance de la paz? Se negó a discutir el retiro con la Autoridad Palestina, que vivía bajo bloqueo militar en Ramala. Sus asesores explicaron que el objetivo era disminuir la presión internacional para colonizar Cisjordania en mejores condiciones.

¿Así que quién es el que nunca pierde una oportunidad de perder una oportunidad?