¿Quiénes son los harkis?

El 23 de febrero de 2022, año del 60º aniversario de la independencia argelina, Francia promulgó una ley de reconocimiento y de reparación de los perjuicios sufridos por los harkis “debido a la indignidad de sus condiciones de acogida” en Francia, tras los acuerdos de Evián del 19 de marzo de 1962. La historia de estos soldados de origen argelino que combatieron a favor de Francia es uno de los principales temas de discusión en relación a la guerra de independencia de Argelia.

LA ADMINISTRACIÓN DEL EJÉRCITO

El término “harki” deriva de la palabra árabe harka, que significa “movimiento”. Se emplea para describir al conjunto de los soldados de origen norteafricano que combatieron junto al ejército francés durante la Guerra de Independencia de Argelia (1954-1962). Las razones y las modalidades del alistamiento de los harkis son diversas y no implican un apoyo absoluto a la idea de una Argelia francesa.

Reclutados principalmente en zonas rurales, la mayor parte de ellos fueron empleados en un primer momento en las administraciones civiles o en grupos de policía local. Con el transcurso de la guerra, el Estado francés aceleró, en las zonas donde los combates eran intensos, el alistamiento de militares dentro de grupos móviles locales, llamados harka, basándose antes que nada en los enfrentamientos de familias y de clanes. A partir de 1958, la cantidad de harkis integrados en el ejército francés aumentó hasta alcanzar casi 60.000 hombres a fines de la década de 1960, aunque su cantidad exacta resulta difícil de calcular, ya que la mayor parte de ellos fueron movilizados sin contrato. En ese contexto de guerra, la precariedad y la posibilidad de recibir dinero y ser alimentado en el ejército son factores claves que explican el reclutamiento masivo de esas poblaciones.

TRAS LA INDEPENDENCIA

A partir de 1961, el Estado francés tuvo dificultades para encontrar una solución para estos soldados, cuyos alistamientos disminuían a medida que se materializaban las perspectivas de independencia de Argelia. Al final de la guerra, teóricamente les ofrecieron elegir entre tres opciones: alistarse en el ejército regular, ser despedidos y recibir una prima o firmar un contrato de seis meses con el ejército. Pero según testimonios de antiguos harkis, pocos tuvieron la posibilidad de elegir entre esas tres opciones. Luego de los acuerdos de Evián, el 19 de marzo de 1962, a pesar de que los harkis tenían ciudadanía francesa, Francia se negó a organizar su repatriación masiva para evitar un movimiento de migración masiva.

En Argelia, tras la independencia, los harkis fueron acusados de haber participado en los crímenes del ejército francés y sufrieron violentas represalias: el Frente de Liberación Nacional (FLN) masacró a varios miles de ellos. Ante estos actos, muchos harkis huyeron clandestinamente con su familia a Francia, que entre 1962 y 1963, finalmente aceptó repatriar a unos 40.000 harkis y sus familias. A pesar de que la palabra “harki” se convirtió en sinónimo de traidor en Argelia, la mayor parte de ellos permanecieron en ese país.

LOS DESAFÍOS DE LA MEMORIA

Las condiciones de recepción de los harkis luego de su repatriación revelan la falta de consideración de Francia hacia quienes habían combatido en sus filas. Encerrados en campos, sobre todo en el sur de Francia, la gran mayoría permaneció allí temporalmente para luego volcarse a las minas, la siderurgia, las industrias del norte de Francia e incluso las aldeas forestales (hameaux de forestage), especialmente construidas para los antiguos harkis. Algunos campos cerraron en el invierno de 1962, como el de Larzac (Aveyron) o Bourg-Lastic (Puy-de-Dôme). Pero en otros quedaron encerradas familias enteras hasta 1975, en particular en Bas y en Saint-Maurice-l’Ardoise (Gard). Las condiciones de vida en los campos eran difíciles debido a la precariedad de las instalaciones y a la falta de acceso a los servicios públicos, principalmente la salud y la educación.

La voluntad de reparación del Estado francés en 2022 es una prueba de la lentitud en el reconocimiento de los traumatismos sufridos por los harkis en Argelia y en Francia. Ese lugar que no les fue otorgado ni en el territorio ni en la historia es uno de los temas cruciales para el reconocimiento de la responsabilidad de Francia en las violencias de la colonización y la descolonización de Argelia. La situación de los harkis, como la de los pieds-noirs, también representa una oportunidad electoral que siempre se reactiva, sobre todo por la derecha, para captar los votos de esa parte de la población.