¿Usted dijo “antisemitismo de izquierda”?

En la imagen se puede ver un grupo de personas con trajes que apuntan con sus dedos. En sus bocas hay palabras en francés que dicen "Négationniste!" (negacionista), "Haine des Juifs!" (odio a los judíos) y "Antisémite!" (antisemita). Una de las figuras sostiene una bandera que tiene colores en blanco, negro y verde, que recuerda a la bandera de Palestina. La escena parece representar un ambiente de confrontación y acusaciones.
«¡Negacionista !» «¡Odio a los judíos!» «¡Antisemita!»

Imaginemos que, dentro de cincuenta años, un historiador analiza las elecciones legislativas de Francia de 2024. Grande sería su sorpresa al descubrir:

  • que el tema central de los debates político y mediático fue… el antisemitismo;
  • que la extrema derecha denunciaba el antisemitismo… de la izquierda;
  • que esa campaña infame había convencido a muchos judíos de buscar protección defendiendo sin complejos al frontismo1, tal el caso de Serge y Beate Klarsfeld, ya condecorados en octubre de 2022 por Louis Aliot, alcalde de Agrupación Nacional (RN) de Perpiñán y expareja de Marine Le Pen.

Sin embargo, nadie ignora que el Frente Nacional (FN) fue cofundado por Jean-Marie Le Pen con milicianos y veteranos de las Waffen SS “francesas”. Y que el presidente del partido comenzó su carrera difundiendo discos de cantos nazis, antes de ser condenado varias veces por apología de crímenes de guerra, negación de crímenes de lesa humanidad, injurias públicas, actos de violencia y provocación al odio racial, a la discriminación y a la violencia.

UNADESDEMONIZACIÓN” TÁCTICA

En 2011, cuando sucedió a su padre en la dirección del partido, Marine Le Pen se distanció de él en esos asuntos. Pero nunca condenó el antisemitismo y el negacionismo de Jean-Marie Le Pen de los dos decenios previos, aunque militaba junto a él desde que tenía 18 años, en 1986. Su proyecto de “desdemonización” no le impidió sin embargo rodearse de exdirigentes del Grupo Unión Defensa (GUD), organización conocida por sus acciones violentas y cuya disolución fue anunciada en junio de 2024 por el ministro de Interior de Francia, Gérald Darmanin.

Lo que demuestra el carácter táctico de esta transformación tardía es que el electorado de Agrupación Nacional (RN, ex FN) sigue siendo —¡por lejos!— el más antisemita. Según el informe de la Comisión Nacional Consultiva de Derechos Humanos (CNCDH) de 2022,

En las personas que se encuentran en la extrema derecha de la escala izquierda-derecha, los niveles de etnocentismo, islamofobia y antisemitismo alcanzan máximos históricos (89%, 77% y 51%). De los simpatizantes declarados de Agrupación Nacional (RN), un partido que coloca la “prioridad nacional” en el centro de su programa, el 94% de los encuestados son muy etnocentristas, y los niveles de antisemitismo y de aversión al islam alcanzan respectivamente 54% y 73%2.

MEDIR EL ANTISEMITISMO

Pero resulta necesario identificar los “termómetros” del antisemitismo:

El primero, muy positivo, es la imagen que tienen los franceses de la integración de los judíos. ¿Son “franceses como los otros”? En 1946, solo un tercio respondía de manera afirmativa al centro de estudios IFOP; los otros sucumbían a la propaganda antijudía del ocupante y de sus lacayos de Vichy. Hoy, en cambio, son el 89%.

El segundo termómetro son los prejuicios sobre los judíos: el 18% de los encuestados piensan que los judíos “tienen demasiado poder en Francia”; el 38%, que “tienen una relación particular con el dinero”, y el 36% dice que, para los judíos, “Israel es más importante que Francia”. Esos prejuicios están presentes sobre todo en la extrema derecha, mientras que “los simpatizantes de los partidos de izquierda y de centro son relativamente impermeables a ellos”. Midamos bien el peligro: el caso Ilan Halimi3, así como la multiplicación de las víctimas magrebinas de la violencia policial, nos recuerdan que los prejuicios pueden matar.

El tercer termómetro, el más preocupante, es el recuento de los “actos antisemitas”. La primera señal de alarma se remonta a 2002, bajo el impulso de la segunda intifada y su represión. Desde entonces, la cantidad de actos antisemitas disminuyó, en particular en 2022: 436 actos, es decir, una baja de 35% en un año. Pero con el horror del 7 de octubre de 2023 y la guerra mortífera contra los palestinos, la cifra se disparó: según un sondeo revelado el 24 de enero por el Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (CRIF), la cantidad de actos antisemitas registrados en Francia durante el año 2023 asciende a 1.676: “Durante los tres últimos meses de 2023, la cantidad de actos antisemitas es igual a la de la suma de los tres años previos.” Y el informe del año 2023 de la CNCDH que acaba de ser publicado señala que “retrocede la tolerancia ante todas las minorías, pero la caída más acentuada afecta a los judíos” (68 de 100, en comparación con 72 de 100 el año previo).

La vertiginosidad de las estadísticas plantea dos cuestiones. La primera tiene que ver con la metodología: la categoría de “acto antisemita” engloba hechos muy diferentes, desde un graffiti o un correo anónimo hasta una agresión violenta, pasando por un insulto. Los encuestadores y los politólogos señalan que esa vaguedad representa un obstáculo para cualquier análisis serio.

La segunda es una cuestión de fondo. Según los dirigentes del CRIF, lo que explica la multiplicación de los hechos antisemitas es la letal operación de Hamás del 7 de octubre de 2023. ¿De dónde proviene esa certeza? Lo más lógico parecería considerar, en cambio, que lo que provoca reacciones contra los judíos –asimilados equivocadamente a los israelíes– es más bien el espectáculo de la destrucción casi total de Gaza y las decenas de miles de víctimas civiles de los bombardeos. Para convencerse, basta con analizar el aumento del antisemitismo a lo largo de la historia: cada guerra de Israel provoca una ola de violencia contra los judíos. Y el discurso del CRIF, que apoya casi incondicionalmente la política de Israel en nombre de los judíos de Francia, contribuye a esa confusión de los términos.

¡Pero de ahí a votar a Agrupación Nacional para combatir el antisemitismo! ¿O acaso alguien elegiría a Marc Dutroux para defenderse contra la pedocriminalidad?

1NDLR. Relativo al partido político Frente Nacional.

2“El combate contra el racismo, el antisemitismo y la xenofobia. Informe 2023”, CNCDH, 2024.

3NDLR. Ilan Halimi, un joven judío de 24 años fue secuestrado en la región de París y torturado durante más de tres semanas, en enero de 2006, por un grupo de unas 20 personas que se hacían llamar “banda de los bárbaros”, dirigida por Youssouf Fofana. Halimi murió debido a las secuelas de la tortura que sufrió. El carácter antisemita del crimen ha sido comprobado.