Chile, terreno de pruebas para las armas israelíes

Los mapuches, igual que los palestinos · Los gobiernos chilenos de derecha y de izquierda no renunciaron a la herencia militar y judicial de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Israel participa en la lucha de esos gobiernos contra las poblaciones autóctonas mapuches proporcionando armamento y entrenamientos militares. La criminalización de la resistencia mapuche en Chile se puede equiparar a la represión israelí de la resistencia palestina.

Benjamin Netanyahu y Sebastián Piñera.
GPO, 2019

En todo Chile se realizan manifestaciones hostiles al presidente de derecha Sebastián Piñera y a su programa neoliberal, implementado por el exdictador Augusto Pinochet. Los manifestantes exigen la renuncia del presidente y solicitan la sanción de una nueva Constitución para deshacerse de la herencia de la dictadura. La instauración por parte de Piñera del estado de emergencia y del toque de queda en todo Chile recuerda la época de la dictadura de Augusto Pinochet. Como en ese entonces, las fuerzas armadas participan en una escalada de violencia contra sus propios ciudadanos que incluye asesinatos, golpizas y torturas sexuales. La militarización y la criminalización de la resistencia chilena se basan en las leyes antiterroristas adoptadas por la dictadura Pinochet y retomadas por los sucesivos gobiernos democráticos para amordazar a las comunidades indígenas mapuches1.

Israel apoya las violaciones de los derechos humanos del actual gobierno chileno a través de la venta de tecnología militar y de vigilancia. Ya desde la época de la dictadura de Pinochet, la CIA había previsto que Chile seguiría comprando armas a Israel «sin temor de irritar a los Estados árabes, siempre y cuando mantenga relaciones discretas con Tel Aviv y evite aprobar públicamente las políticas israelíes».

En busca de nuevos socios

Pinochet logró mantener relaciones con Israel y con los Estados árabes porque evitó adoptar «una posición clara sobre las cuestiones controvertidas de Medio Oriente». Los gobiernos posdictadura no actuaron de un modo diferente, usando evasivas con la misma duplicidad, y protegidos por el acuerdo de los dos Estados defendido por la comunidad internacional.

A partir de 1973, luego de la guerra árabe-israelí, los Estados africanos comenzaron a romper relaciones con Israel, que se vio forzado a establecer relaciones diplomáticas y militares con otros países para compensar la pérdida de colaboración africana. Como Estados Unidos estaba sólidamente implantado en Latinoamérica gracias a su apoyo a las dictaduras militares y a las operaciones en el conjunto de la región para eliminar cualquier influencia socialista o comunista, Chile —que había reconocido a Israel en 1949— se volvió un objetivo prioritario para el gobierno israelí. Como respuesta a las crecientes preocupaciones de la comunidad internacional por las violaciones de los derechos humanos en Chile, Estados Unidos se vio forzado, a pesar de haber financiado al gobierno de Pinochet, a imponer en 1976 un embargo sobre las armas. Aunque es posible que la CIA haya ignorado la orden del Congreso norteamericano, Israel no quería dejar pasar la oportunidad de ganarse un importante comprador de armas en la región.

Un documento desclasificado de la CIA aporta información importante sobre las compras militares de Chile a Israel. De 1975 a 1988, Israel vendió sistemas de radares, misiles aire-aire, material naval y sistemas aeronáuticos y antimisiles. Una de las razones por las que Pinochet había elegido Israel —además de que se trataba de armamento sofisticado y de que admiraba al ejército israelí— tenía que ver con el hecho de que «Tel Aviv no ataba sus ventas a ninguna condición política». Eso era fundamental para Pinochet, ya que si bien Israel declaraba públicamente su apoyo al retorno de la democracia en Chile, al mismo tiempo le proveía armas a su dictadura que fueron utilizadas en el momento en que la Operación Cóndor —un plan a escala regional implementado en 1975 por las dictaduras de extrema derecha de Latinoamérica para exterminar a los opositores de izquierda— estaba en plena operación. Además de la venta de armas, Israel permitió que el ejército de Pinochet se familiarizara con su industria armamentística a través de ejercicios de entrenamiento en los que participaban oficiales y pilotos chilenos.

Leyes comparables

Los gobiernos chilenos posteriores a la dictadura conservaron la Constitución de Pinochet. Las leyes antiterroristas de 1984 que el dictador utilizaba para prolongar las detenciones sin presentar demandas judiciales fueron retomadas casi siempre, ya sea por los gobiernos de centroizquierda como por los de derecha, contra las comunidades mapuches. Esas leyes dieron como resultado la militarización de la región de Araucanía y son comparables a las detenciones administrativas utilizadas por Israel contra los palestinos, encarcelados sin acusación ni juicio, y cuyas detenciones se renuevan de manera periódica. La criminalización de la resistencia mapuche contra la explotación neoliberal es comparable con la represión israelí de la resistencia palestina. Ambas comunidades autóctonas enfrentan la misma lucha y la misma represión. Una medida utilizada constantemente contra los mapuches es la vigilancia, que también es una táctica central de la colonización israelí en Palestina. Elbit2, IAI3 y Rafael4 son los principales proveedores del gobierno chileno. Elbit y IAI son muy solicitados en la lucha contra la población palestina. Desde los sistemas de vigilancia, el mantenimiento informático, las municiones de fósforo blanco y la destrucción de tecnologías hasta la tecnología aérea utilizada por Israel para bombardear Gaza, la industria militar israelí es altamente demandada en Latinoamérica con el pretexto de la lucha contra el tráfico de drogas y el cruce de fronteras. Pero los gobiernos de la región aplican su control y su represión más bien contra las poblaciones autóctonas.

En 2018, el ejército israelí y el chileno firmaron en Chile —a través del general de división Yaacov Barak y del general chileno Ricardo Martínez— nuevos acuerdos de cooperación en materia de formación militar y de entrenamiento, de comando y de métodos de entrenamiento. Durante su estancia, Ehud Barak inspeccionó la brigada de operaciones especiales «Lautaro». Más recientemente, el excomandante de esa brigada, Javier Iturriaga, fue nombrado Jefe de la Defensa Nacional por Piñera cuando el gobierno impuso el estado de emergencia para intentar contener las protestas en todo de Chile.

Armas «probadas en el terreno»

Israel comercia armas y tecnologías que lucen el sello «probado en el terreno». Los palestinos de Gaza representan un campo de experimentación humano para probar la tecnología militar. Cualquier gobierno que compre armas a Israel se vuelve así cómplice de la agresión colonial contra los palestinos. En Chile, esta agresión cobra un aspecto aún más siniestro, ya que la adquisición de equipamiento militar a Israel para perseguir a los mapuches reproduce la represión israelí de la lucha anticolonial emprendida por los palestinos.

Si bien las relaciones actuales entre Israel y Chile ya no se disimulan más en público, Israel mantiene el «secreto de defensa» respecto a los vínculos que prevalecían entre ambos países durante el período de la dictadura. Aunque Estados Unidos desclasificó numerosos documentos que revelan su apoyo a la dictadura de Pinochet, Israel por su parte todavía conserva más de 19.000 páginas de documentos clasificados que sin embargo contienen información sobre los parientes judíos de ciudadanos israelíes desaparecidos durante la dictadura de Pinochet.

Negativa a abrir los archivos

El ejército chileno mantiene un pacto de silencio que explica lo difícil que es obtener información, por no hablar de lo imposible que resulta llevar justicia a miles de torturados, de muertos y de desaparecidos durante la dictadura. En algunos casos, los documentos desclasificados contribuyen a colmar el vacío de información. Pero la negativa de Israel a abrir sus archivos del período de la dictadura de Pinochet impide brindarles justicia a sus propios ciudadanos, dos de los cuales iniciaron acciones judiciales en 2016 para que se publiquen documentos que revelarían la colaboración de Israel con Pinochet. Es probable que esos documentos aporten información sobre dos víctimas desaparecidas y ejecutadas, Ernesto Traubman y David Silberman. Durante la época de la dictadura, Chile mantuvo estrechas relaciones con la fuerza aérea israelí, lo que no deja de suscitar cuestionamientos sobre la implicación de Israel en las prácticas de Pinochet consistentes en hacer desaparecer en el océano, desde un avión, a detenidos ejecutados. Además, el Mossad entrenó en Israel a un grupo de elite de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).

Además de buscar información sobre los asesinatos y desapariciones de sus padres, Lily Traubman y Daniel Silberman indicaron que su objetivo final era mostrar la dimensión de la implicación de Israel en la dictadura de Pinochet: «Las ventas de armas deberían estar reglamentadas por ley, y deberían existir criterios claros que establezcan la prohibición de vender armas a los países o a los regímenes dictatoriales que violan con frecuencia los derechos humanos».

La existencia y la violencia del colonialismo israelí convirtieron a Gaza en un terreno de experimentación militar permanente que a Israel le dio una ventaja clara a la hora de vender su tecnología a gobiernos igualmente determinados a reprimir a sus ciudadanos. «Probado en el terreno» es el eufemismo utilizado por el ministerio de defensa israelí, la forma última de la deshumanización de los ciudadanos palestinos. En Chile, el punto muerto en el que se encuentran los mapuches, entre la violencia y la apropiación de sus tierras, es idéntico. De hecho, es posible comparar la lucha palestina contra el colonialismo con la lucha mapuche contra la explotación liberal. Mapuches y palestinos sufrieron una limpieza étnica de sus territorios, y los vínculos militares entre Chile e Israel sirven para mejorar la militarización. En definitiva, la normalización del colonialismo y del neoliberalismo a escala internacional hace que las violaciones de los derechos humanos perpetradas contra las poblaciones autóctonas nunca sean sancionadas.

Es muy probable que Israel siga siendo un socio valioso para Chile debido a la determinación de los gobiernos chilenos, tanto de centroizquierda como de derecha, de reforzar la presencia militar en la región de Araucanía para perseguir a los mapuches. Durante la campaña electoral, Piñera prometió cambiar las leyes antiterroristas para mejorar el combate contra los mapuches. Mientras las protestas actuales no den tregua hasta que no se derogue la Constitución de Pinochet, es posible sin embargo que Israel encuentre más oportunidades lucrativas en Chile, para perjuicio del conjunto de la población chilena.

1Los mapuches forman parte de los ocho pueblos autóctonos que viven en Chile. Como otros pueblos autóctonos de la región, intentan preservar su relación a la tierra («Mapu-che» significa «gente de la tierra») contra los grandes propietarios, las grandes empresas, la construcción de represas hidroeléctricas en su territorio, las empresas forestales e industriales, etc. Su resistencia es calificada de «terrorista» por los diversos gobiernos chilenos y reprimida con severidad.

2Empresa israelí que combina diversas tecnologías y aplicaciones: aviación, drones, helicópteros, sistemas de aviónica, sistemas terrestres y navales, armamentos y productos de defensa, comunicaciones, informática, cibersistemas, sistemas de guerra electrónica, seguridad de fronteras, etc.

3Empresa israelí especializada en la defensa aérea, la aviación, la tecnología espacial, las comunicaciones satelitales, las tecnologías de navegación, los buques de guerra no tripulados, la ciberseguridad, etc.

4Empresa israelí especializada en los sistemas de defensa, en especial los antimisiles.